# El corazón parecía que se iba a salir cuando lo vio por segunda vez. Es que no podía creer que en aquella pequeña ciudad podría encontrar a su alma gemela de toda la vida. Contenta en su felicidad, pero ahogada en su vergüenza corrió a un puesto de flores para refugiarse de aquellos ojos que la observaron por un momento, confundidos. Para calmar sus emociones empezó a tararear una canción con los ojos cerrados, tratando de imaginar cualquier cosa, pero su cabeza solo podía pensar en él. Instantes aparecían y desaparecían en su mente; hasta que algo la distrajo. El calor de una mano sobre la suya, y el perfume a tres centímetros de ella. Ahí estaba él, con una flor entre manos. Cuando abrió los ojos creyó que se iba a desmayar, no sabía si abrazarlo o fingir incredulidad. Lo único que recordó cuando cayó a la realidad, fue un beso. Tomo el abrigo y se aseguró de que no halla dejado nada en los bolsillos. Había algo. Una carta escrita en tinta:
...El cielo siempre nos querrá ver juntos, así que prepárate para nuestro próximo encuentro...
Firma: Tu primer amor.
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